La guagua zarpó de la ruidosa, sucia y abultada esquina de la Duarte con Paris de hora pico haciendo su rutinario trayecto.
El sueño, el hambre y el cansancio hacía presa de cada uno de sus rostros. Desde niños hasta ancianos, embarazadas imberbes, señoras y pubertas; Todos y cada uno de ellos llevan el pesar y alegría de volver a su punto de partida y otro día se repetirá el trajín, quitando de cada uno de ellos la frescura y el brillo.
El sueño, el hambre y el cansancio hacía presa de cada uno de sus rostros. Desde niños hasta ancianos, embarazadas imberbes, señoras y pubertas; Todos y cada uno de ellos llevan el pesar y alegría de volver a su punto de partida y otro día se repetirá el trajín, quitando de cada uno de ellos la frescura y el brillo.
El sol se ocultaba y como una caravana fúnebre, lenta y funesta avanzaba la fila de carros que pretendía dejar a cada uno de estos miserables dispuestos en cualquiera que fuera su camino. Recepcionistas de bufetes jurídicos, estudiantes, vendedores, banqueros, yerbateros y sirvientas. Todos de diferente matriz, todos la misma cosa. Hijos de un propósito afín, hijos de diferentes destinos, hijos que comparten la maldita culpa de haber nacido pobres, hijos conducidos como ovejas al degüello a lechos donde quizás no haya luz, no haya agua, no haya cena o no haya ninguna de las anteriores. Hijos de una tradición milenaria que engrosa los bolsillos de los más altos con lo que sacan de los más pobres. Cada uno en el mismo camino, soñando con tiempos mejores, donde sea cosa del pasado ser llevados como ciervos sin almas de un lugar a otro cumpliendo la misma rutina.
Yo que soy parte de ellos como ellos son parte de mi, me prestan su historia, la cuento; Y desde la misma esquina donde me siento observaré su pesar y compartiré su cansancio. Entonces los acompañaré a cada paso y seré su guía. Los veré llegar, los haré dormitar, les daré la energía para dormir una década y soñarán con calles doradas y paisajes eternos, sueños que les darán fuerza para levantarse al día siguiente, una vez más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario