jueves, 30 de agosto de 2012

martes, 28 de agosto de 2012

Esperanza

La guagua zarpó de la ruidosa, sucia y abultada esquina de la Duarte con Paris de hora pico haciendo su rutinario trayecto.
El sueño, el hambre y el cansancio hacía presa de cada uno de sus rostros. Desde niños hasta ancianos, embarazadas imberbes, señoras y pubertas; Todos y cada uno de ellos llevan el pesar y alegría de volver a su punto de partida y otro día se repetirá el trajín, quitando de cada uno de ellos la frescura y el brillo.  
El sol se ocultaba y como una caravana fúnebre, lenta y funesta avanzaba la fila de carros que pretendía  dejar a cada uno de estos miserables dispuestos en cualquiera que fuera su camino. Recepcionistas de bufetes jurídicos, estudiantes, vendedores, banqueros, yerbateros y sirvientas. Todos de diferente matriz, todos la misma cosa. Hijos de un propósito afín, hijos de diferentes destinos, hijos que comparten la maldita culpa de haber nacido pobres, hijos conducidos como ovejas al degüello a lechos donde quizás no haya luz, no haya agua, no haya cena o no haya ninguna de las anteriores. Hijos de una tradición milenaria que engrosa los bolsillos de los más altos con lo que sacan de los más pobres. Cada uno en el mismo camino, soñando con tiempos mejores, donde sea cosa del pasado ser llevados como ciervos sin almas de un lugar a otro cumpliendo la misma rutina. 
Yo que soy parte de ellos como ellos son parte de mi, me prestan su historia, la cuento; Y desde la misma esquina donde me siento observaré su pesar y compartiré su cansancio. Entonces los acompañaré a cada paso y seré su guía. Los veré llegar, los haré dormitar, les daré la energía para dormir una década y soñarán con calles doradas y paisajes eternos, sueños que les darán fuerza para levantarse al día siguiente, una vez más.

viernes, 24 de agosto de 2012

La historia, parte II: De la lluvia y los deseos

Ese día nublado del mes de mayo la hizo desear una y mil veces no levantarse de la cama.
Abrazó a su pareja de esa madrugada y sintió su respiración al pegar la oreja izquierda a su espalda desnuda. Los días lluviosos habían servido solo para desatarle las ganas de dormir irremediablemente.
Suspiró hasta lo más hondo e hizo un esfuerzo digno de una madre paridera para desenredarse de las sábanas y se arrastró con todas sus fuerzas y sus ganas al raquítico baño donde varias cubetas y un tanque lleno de agua la vieron asearse.
Deseó que el desconocido se hubiera marchado para cuando saliera; Deseó que ese día fuera sábado, no martes; Deseó muchas cosas pero como en las historias de la vida real, nadie escucha las silentes plegarias de los menos agraciados.
Semidesnuda se dirigió a la desordenada mesa llena de botellas y cenizas, hizo un café y prendió su primer cigarrillo en varias horas; El desayuno más nutritivo del mundo; Un desayuno directamente proporcional a las maravillosas cosas que le esperaban en el día.
Ahora todo se reducía a esto: El cálido café casi amargo hecho para despertar a los muertos, el humo picante del cigarrillo, y la cama desarreglada cuyas sábanas tiernas y sofocantes todavía cargaban a su última victima.
Vistió sus libras casi inexistentes -como su capacidad misma para conservar una sombrilla por más de dos días- y no tuvo otro remedio que cruzar palabras con el no identificado hasta el momento.
-Levántate, ya me voy -los segundos pasaron sin respuesta alguna-.
-Despiértate, coño que se me hace tarde.
Sus acostones favoritos eran los que se despertaban aun de noche y la dejaban amanecer sola. En el pasado no habría tenido estos problemas pero ya que sus estándares para elegir compañía habían decrecido junto con su capacidad adquisitiva, no le quedaba más remedio.
Todo se redujo a esto: el charlatán que no quería dejar su cama y la lluvia empapando las posibilidades de que llegara temprano a su destino.
No, todo se redujo a las inmensas ganas que le dieron de unirse a él, quien sea que fuere, y dormir juntos hasta pasada la tarde.
Si no puedes con ellos, uneteles, y se metió a la cama, deseando que el poder divino hiciera pasar desapercibida su ausencia en el trabajo, aunque fuera solo por unas horas.

lunes, 20 de agosto de 2012

23

Un año más, ¿quéj eto? ¿Un año más de vida? ¿Más sabiduría? ¿Felicidad? Quizás un año más cerca del final. Quizá haya quien me este contando los añitos con un ábaco y juzgando lo que hice en cada uno de ellos. Quizá haga quien me este pasando sentencia y escribiendo en una libreta todas las veces que lo he estropeado o las veces que he tropezado. Quizá haya alguien que lleve la cuenta regresiva  para pasarme factura por lo que hice y deje de hacer.
¿Qué será de esta vida, qué será? 

Es malo cumplir años en tono pesimista, eso tiene que dar mala suerte.

martes, 14 de agosto de 2012

People are fragile things, you should know by now





It breaks when you don't force it
It breaks when you don't try
It breaks if you don't force it
It breaks if you don't try

domingo, 12 de agosto de 2012

1901



Esta canción me acuerda a una persona bastante especial. Una de esas personitas que si creyeras en el destino dirias que están destinadas para ti. A la vez me recuerda tiempos pasados, como de otras vidas; un sentimiento que suelo repetir evocado por calles caminadas, colores, olores, calores, sonidos.
Esa sensación tan familiar me hace amar canciones,  las hacen inevitablemente parte de mi biografía.

Como de una selva

La descubrió y suavemente le beso el hombro desnudo, dejando atrás todo rastro de amargura.
Nadie dijo una palabra. 
Ella se volteó para ver su cara, la cual esbozaba la sonrisa más pura y tierna que había visto en la vida. Esa imagen fugaz fue el empuje que precisaba su corazón.
Le devolvió la sonrisa.
Se incorporó en la cama y con su delicada mano dirigió su cara a la suya para corresponder el beso. Solo se escuchaba el rumor casi enmudecido del abanico que a duras penas disipaba el sopor del calor veraniego propio de un país del tercer mundo.
De nuevo nadie dijo una palabra. 
Nadie se atrevió a romper el silencio, solo los ojos se hablaron. Hablaron el lenguaje secreto y universal del amor justamente como si no hubiera mañana. 
Las manos se tocaron, los muslos se unieron y debajo de las sábanas sucedió el delicioso retozo extenuante del que subía un vapor tropical como de una selva, tan rico como el sol temprano de un día de primavera, tan nuevo como un beso entre dos infantes, tan profundo como el enlace de dos viejos corazones. 
Se amaron de una forma tan vigorosa y precisa, tan fiera y animal como el fuego que ardía en sus pupilas, tan natural, tan prohibido, tan acertado, tan caluroso, tan húmedo... tan deseado.

viernes, 10 de agosto de 2012

El sabor agridulce que me deja en la boca terminar un buen libro.
Y ahora, ¿qué hago con mi vida?

miércoles, 8 de agosto de 2012

Precious





El instrumento más sensual tenia que aterrizar en las manos de una diosa

sábado, 4 de agosto de 2012

La librería

Se levantó temprano y no hizo nada en todo el día.
El negocio había estado tranquilo, demasiado para su gusto. Aparentemente nadie estaba interesado en libros de novedosas posiciones sexuales, veganismo y otras tendencias de esta era.
Hacia mucho calor.
La sutil brisa húmeda que se colaba por la rejilla de la puerta le hizo entender que la mala economía de los últimos años la había por fin alcanzado. Eso y la falta inexorable de clientes.
Respiró profundo.
Miró sus grandes estantes, llenos de tanta información, repletos de tanta cultura, personajes e historias como el Internet mismo y sintió vergüenza de que su sueño de adolescente se haya reducido a este pequeño espacio en una esquina cualquiera de la ciudad.
Ya nadie compraba sus libros.
Los únicos que se asomaban a la tienda eran los chicos hipsters modernos, los cuales solo hojeaban, se quedaban la tarde y salían con las manos vacías. 
No había esperanza para sus sueños en esta ciudad.
Pronto tendría que donar todos esos libros a alguna biblioteca que los quisiera, como si eso fuera posible.
Se incorporó en la silla tras el mostrador que la sitió apoyarse abatida, cansada y sola todos esos años. ¿Dónde fue la juventud? ¿Dónde fueron sus fuerzas? ¿Dónde está la novedad, lo fresco, lo auténtico?
¿A dónde fue la mujer que le daría el beso todas la buenas noches? ¿Quién se llevó al perro que la saludaría con alegría al verla llegar cada tarde? ¿Quién se robó la esperanza? ¿Quién se le robó la vida?
Todas estas preguntas pasaron por su mente y la desconectaron de la realidad hasta que la campana de la puerta que anunciaba la llegada de otro hipster con ganas de leer todo y no comprar nada la devolvió al sitio que había hecho su espacio todos esos años.
La rutina se desbordó de su cause y  se repitió y se repitió como un círculo infinito de desesperanza, como una llamada de auxilio, hasta que sus días se hicieron cortos y se secaron de emoción.
¿Deprimente?
si, pero ¿y los libros?
¿Dónde se fue la esperanza de esos pobres bastardos nunca leídos y nunca comprados?
Hay quien diría que su historia es más triste aún.
Triste porque hablan con las voces de los nunca escuchados.
Triste porque no tienen piernas para huir.

miércoles, 1 de agosto de 2012

I was born on the way of the constellations that's why my existence is so rough and sparkling